Va.
Hoy
quisiera hacerte una pregunta, que se me ocurrió mientras llegaba a mi casa,
esperaba por el ascensor y escuchaba desde lejos a mi perro solito llorando de ansiedad.
La verdad
te digo que me pareció re sensata y muy tierna la pregunta esta, capaz te
sentirías bien y solo estuvieras esperando que te ayudara a sacarte este nudo
de la garganta. Sos testaruda, mi bonita, yo sé, y estaba listo para quitarte toda esta sensación de Cash que tenés y que nos hizo y que nos hace tan mal.
Asíque quisiera
que nos juntáramos, te miraría en los ojos, te tomaría la mano y te preguntaría.
Así de una, aunque con la voz medio temblando de angustia hasta escuchar tu “sí,
sí, sí!”
Va... me muero por oírtelo, creo que se me rompería la cara con la sonrisa que tendría.
Va... me muero por oírtelo, creo que se me rompería la cara con la sonrisa que tendría.
Pero al final
pasé a mi casa, prendí un pucho, lo fumé y me di cuenta.
Va… qué sé
yo.
Soy un
pelotudo. Todavía no estás (así tan) loca.
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